Evassina nació en 2009 como un proyecto íntimo, entre tareas escolares y café con leche.
En ese entonces, yo —Patricia— vendía por catálogo mientras mis hijos estaban en el colegio.
Hoy, con ellos ya grandes y con su propio camino, Evassina se transformó en un sueño que camina con tacos altos.

Desde el principio, supe que no quería vender una bombacha más.
Quería ofrecer prendas que hicieran sentir algo.
Piezas que no se compran solo con los ojos, sino con la piel.
Prendas que enamoran, empoderan y se sienten tan propias como un perfume favorito.

En Evassina elegimos cada prenda con un criterio claro:
que te haga sentir única, elegante y poderosa.
Y si no existe, la creamos.
Porque también tenemos piezas de diseño propio, pensadas en cada detalle y elaboradas con el mimo de quien cose para alguien querido.

Nuestro local es pequeño, pero rebosa personalidad.
Cada rincón, cada etiqueta, cada espejo, cuenta una historia:
la tuya, la mía, la de todas las mujeres que eligen regalarse un momento frente al espejo.

Hoy, Evassina es un espacio donde la lencería no es solo ropa interior:
es expresión, es actitud, es presencia.

Gracias por ser parte.

— Patricia